Tampoco se muy bien si a estas alturas la persona que soy, responde a las expectativas que me formulé de mi mismo hace 20 años. Fuera de los idealismos estereotipados de formar una familia o procurarse solvencia económica y bienes materiales, difícilmente alguien puede tener una idea clara de lo que llegará a convertirse al alcanzar la treintena. Por eso, cuando se alcanza esta etapa entre la juventud y la edad avanzada, es difícil discernir si se es una persona completamente plena y realizada. Aunque tampoco creo que valga mucho la pena preocuparse por ello.
Hace uno días volví a leer la anécdota que narra como en su juventud, Mick Jagger declaró que preferiría morir a seguir cantando "Satisfaction" después de los 45 años,. Y bueno, todo mundo sabe que hoy en día, con más de sesenta años a cuestas, Jagger y los Rolling Stones siguen tocando esa canción cada vez que salen de gira. Asi de incierta es nuestra expectativa de los años.
La vida es una moneda que gira al aire. Por eso, me da la impresión que hay que dejar de gastar tiempo siendo análiticos y encarar las cosas como son. A estas alturas, entiendo un poco mejor quien soy, reconozco que muchos de los aspectos de mi niñez cuando jugaba a solas y dibujaba historias en mis cuadernos se reflejan en mi personalidad, en mi profesión como diseñador y particularmente, en mi afición a correr largas distancias en solitario y a pasar horas escribiendo ficciones o redactando mis puntos de vista en torno a la música para las revistas en las que colaboro.
Del mismo modo, he llegado a entender mis limitaciones. Tengo dificultades para socializar y no me considero una persona particularmente talentosa, por lo que a veces, las cosas que produzco no siempre son bien recibidas, ni valoradas como yo quisiera. No creo que mi caracter sea precisamente el perfil de una persona de éxito, pero al menos reconozco que cuento con una pequeña cantidad de inteligencia y la persistencia suficiente para emprender proyectos y alcanzar ciertas satisfacciones que muchas personas de mi edad, instaladas en el camino tradicional, difícilmente experimentarán.
Vamos, no es que haya vivido mucho, pero al menos tengo la certeza de que viajar por todo México al lado de Laura, darme cuenta de que soy capaz de escribir ficciones que afectan positivamente a las personas o terminar maratones si me lo propongo son destellos que mantienen despierto mi apetito por querer hacer cosas diferentes.
Que yo sea quien soy, y no quien otros quisieran que fuera, es una de las cosas que más aprecio a estas alturas de mi vida. Aunque definitivamente no es del todo suficiente, considero que hasta hoy, he disfrutado más o menos de la vida que me ha tocado.
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Pedro, antes que otra cosa, muchas felicidades por tu cumpleaños. Debo confesar que me gusta mucho la postura que tomas ante la vida, supongo que es madurez; en cambio, cuando tu servidor cumple años todo es un autentico caos. Si algo me ha dejado la vida bloggera es el conocer a gente buena, talentosa e inteligente. Agradezco el tener la oportunidad de agradecerle a la vida por ello. Felicidades y sigue corriendo, escribiendo, viajando; en fin, aprovechando el tiempo.