El punto de reunión con los bikers Toluqueños sería en Villa del Carbón, un poblado perteneciente al Municipio de Nicolás Romero ubicado a escasos 60 kilómetros de mi hogar en la república popular de Cuautitlán IzCalifornia. Como supuse que a mis amigos les tomaría más tiempo llegar al punto de reunión que acordamos, decidí tomarme mi tiempo para desayunar, abrigarme bien y salir a recargar combustible. De manera que me lanzé al encuentro de mis amigos con toda la calma del mundo.
El gusto por rodar en el corcel negro llamado Beauty me ha llegado -como dice la canción- de esa manera, que uno no se da ni cuenta. Como un gusto que no tiene horario, ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan. De manera que suelo tomarme con calma los detalles previos a las rodadas de fin de semana. Después de checar los niveles de combustible, los artículos de mi improvisada alforja y el nivel de aire de mis neumáticos salí de Izcalli con destino a la carretera libre de Tepotzotlán - Villa del Carbón.
Ya encaminado en los parajes de Tepotzotlán recibí el primero de varios mensajes SMS del "señor sin mica negra no ruedas" en los que me informaba su posición. Por desgracia, muy tarde comprendí que no me encontraba ante el biker promedio que rueda con cautela y previción, sino con un par de veloces riders que se encontraban ya en el punto de reunión cuando a mi me faltaba más de la mitad de la distancia.
Supuse que si aumentaba la velocidad crucero podría dar alcance a mis amigos en cosa de 30 minutos, pero lamentablemente la cosa no fue tan fácil como yo pensaba, pues justo al superar Cahuacán -un poblado de origen prehispánico, perteneciente a la étnia otomí del Estado de México- la carretera libre rumbo a Villa del Carbón se convierte una carpeta asfealtica que emula las caprichosas siluetas de una serpiente que se enrosca en medio de los cerros ofreciendo al motociclista tramos de bajada no propios para cardiácos.
Debo confesar que los tramos me representaron tal dificutad y me exigieron tanta concentración que ni siquiera tuve tiempo para admirar la belleza de los bosques a un lado del camino. Afortunadamente logré salir con bien de mis primeros tramos de bajada en curva sobre la Black Beauty, por lo que el llegar al Arco que da labienvenida al Pueblo Mágico de Villa del Carbón representó un alivio y un verdadero triunfo.
En la entrada del pueblo me detuve para anunciar en un SMS mi llegada a mis amigos. Encontrarlos no fue un problema, pues ya estaban esperandome en el centro de Villa con una fina estampa que pasará a la posteridad como mi primer encuentro con el mítico Almighty: Alex y Alex sentados en una banca con los ojitos dormilones (casi casi como de tache) sosteniendo en sus manos un recipiente capáz de contener un litro de cerveza, pero que lógicamente, al llegar más de una hora tarde ya se encontraba poco menos que vacío.
Lo primero que hizo el Mighty, luego de obedecer a las reglas de cortesía fundamentales, fue sacar su cámara y fotografiar a mi Black Beauty. Un detalle que llamó la atención del legendario rider fue el tacómetro de mi moto, que justo en ese momento registraba el cabalístico número 666.
¿Coincidencia, superstición? Lo cierto es que el número de la bestia marcó mi encuentro con el señor sin mica negra no ruedas. Mi simpatía por ese jóven Toluqueño, -que se ve más rudo en las fotos de lo que realmente es en persona- me recuerda mucho a cierta canción de los Rolling Stones, cuya letra incluye la estrofa: "Pleased to meet you ¿How you guess my name?"
Después de una breve charla en la que nos pusimos al día respecto al viaje y nuestras experiencias en la moto, emprendimos el viaje a Chapa de Mota, internandonos en una carretera con el tipo de curvas que tanto le gustan al Kamikaze Toluqueño y que amablemente registró en el video que aqui les comparto:
Chapa de Mota nos recibió con un clima nublado que amagaba con volverse lluvia, por lo que después de la caminata de reconocimiento en la plaza y las fotos de rigor en la iglesia, Alex Tocaranch y yo decidimos que era tiempo de que Almighty nos guiara al lugar donde, según el, ofrecían unas ricas carnitas.
"Creo que me falló la jugada, aqui es famosa la barbacoa, no las carnitas" nos dijo Mighty, de modo que tacos de barbacoa y un ríco consomé caliente fue lo que almorzamos mientras platicamos de los inicios en las rodadas, de series de motociclistas y demás aventuras, pero como la lluvia ya comenzaba a aparecer decidimos emprender el regreso a Villa del Carbón, donde habríamos de despedirnos, un poco afligidos por lo breve de nuestro paseo, pero felices porque seguramente esta no sería nuestra última rodada juntos.
El regreso a casa estuvo marcado por un hecho no muy agradable. Una de esas situaciones que nos guste o no (y por lo regular nunca nos gusta) decidimos ocultar a las personas para evadir nuestra cobardía. Resulta que en un paraje recto entre Villa del Carbón y Cahuacan, a la altura donde han instalado una suerte de Marquesa en chiquito con cabañas, renta de caballos y cuatrimotos me topé conque el auto que iba adelante de mi, a unos 400 metros de distancia bajó dramáticamente su velocidad e hizo sonar su claxón en torno a lo que poco después identifiqué como un perro acostado en medio de los dos carriles. El animal parecía confundido y no se movió de la carretera pese a los bocinazos del auto, por lo que cuando me tocó el turno de pasar al lado de él yo también toqué la bocina de mi moto con los mismos resultados.
Casi dos kilómetros después cai en la cuenta de que seguramente el animal no se quitó sencillamente porque no podía hacerlo. A pesar de que me sentí culpable por no haber ayudado al can, decidí no regresar para orillarlo. No se si realmente mi teoria acerca de lo que les pasó al animal haya sido cierta, pero el recuerdo sigue siendo incómodo para mi.
Unos kilómetros adelante la lluvia hizo su aparición. El trayecto en solitario se volvió bastante incómodo al mojarse totalmente mis pantalones y mis zapatos, pues además de la consistente lluvia, los charcos que debía superar, a menudo levantaban agua que iba a dar directamente a mis pies y espalda. El trayecto de Cahuacán a Magú se me hizo eterno, lo peor del asunto es que las nubes intensificaban su carga de agua en la medida que avanzaba, de manera que cuando llegué a Tepotzotlán y consideré la opción de guarnecerme en algún tejado deseché la opción porque sencillamente no podía estar más mojado.
Llegué a Izcalli una hora y media después de haber dejado a mis amigos. La ropa me pesaba y al despojarme de ella descubrí que ni siquiera mi chamarra de protección me había librado de terminar con la espalda mojada, por lo que desde entonces he considerado seriamente la opción de comprarme un impermeable similar a los de Almighty y Alex Tocaranch, quienes se reportaron un poco después reportando un regreso a casa sin novedad y... ¡sin un solo rastro de lluvia en el camino a Toluca!
Aunque la rodada a Villa del Carbón y Chapa de Mota fue breve, me divertí muchísimo rodando con mis amigos y aprendiendo de ellos en su forma de tomar las curvas y protegernos mutuamente. Una experiencia más en este emocionante mundo de las motocicletas.
Labels: motoblog
PRIMISSSSS YEAH BABY YEA….
Solo me crea una duda… ¿Por qué esto no está en http://motorutamexico.com ? que alguien me explique.
Woo, who
Oh yeah, get on down
Oh yeah
Oh yeah!
Tell me baby, what's my name
Tell me honey, can ya guess my name
Tell me baby, what's my name
I tell you one time, you're to blame
Ooo, who...
Oh, yeah
What's my name
Tell me, baby, whats my name
Tell me, sweetie, whats my name
Ooo, who, who...
Oh, yeah
Ese día me sentía de la #$%&/ como si estuviera crudo, pero un día antes no había consumido nada ni un vino de los que estoy acostumbrado, existió un momento, una hora, un minuto por el cual pensé en mandar un sms y decirte “Pier de México posponemos la rodad, no me siento bien” pero recordé la filosofía Motorutera “SOMOS HOMBRES O PAYASOS” y mas que un compromiso la catarsis de salir en moto pudo más en la mente que calmo mis dolores, no me considero un piloto rápido, solo ruedo a mi nivel y lo disfruto mucho, el secreto es llevar una velocidad promedio y de ahí no bajar, no importa que sean 70km/hr solo que sea promedio.
Aun recuerdo el momento en que te rebase y a mi mente vino “por favor no me dejen que soy novato” sabrás que todos tenemos un buen grado de novatez.
Continua…