Hoy, finalmente pude correr las tres horas seguidas que yo mismo me impuse como requisito para inscribirme a mi segundo Maratón.
Tenía tanto que no recorria tal cantidad de kilómetros, que casi olvido lo que es correr con las articulaciones se inflamadas por el ácido láctico, con rosaduras en la entrepierna y ampollas en los pies y con la fuerza mental comenzando a doblegarse.
Hoy tuve suerte, esta mañana el sol no se decidió a salir en su totalidad y pude correr con un clima nublado que evitó que el calor levantara la humedad de la hierba mojada del parque en el que entreno.
Aún así fue durísimo. Me prometí, (o mas bien, le prometí a mi cuerpo) que al completar las 3 horas me tiraría inmediatamente sobre el pasto, pero cuando traté de sentarme en la banqueta me costó muchísimo doblar las piernas y consideré que sería mejor regresar antes de que me costara mas trabajo moverme.
De regreso a mi casa, caminando con dificultad y con las rodillas adoloridas me pregunté: ¿Porque hago esto?
Este año no he sido tan enfermamente obsesivo por los entrenamientos como en el 2007. En gran parte porque conocer a Laura me ha brindado otro tipo de pasión que no precisamente tiene que competir con mi gusto por las carreras. Al contrario, ella se ha acoplado bastante bien a esta faceta de mi vida, e incluso la he convencido -sin mucho esfuerzo, a decir verdad- de acompañarme a entrenar e inscribirse en sus primeras competencias de 5 y 10k.
Siempre he pensado que los hombres somos así: en algún momento necesitamos transmitir nuestras pasiones: recomendando nuestros libros y películas, ofreciendo los audifonos mientras suenan nuestras canciones favoritas en el ipod o tratando de contagiar el entusiasmo por alguna actividad deportiva.
Ahora mismo estoy muy motivado para correr mi segundo maratón. Desde hace tiempo vengo preparandome no solo fisicamente, en el gimnasio o en las tiradas nocturnas a media semana en la pista de "El Sope", sino buscando motivantes en donde se pueda.
En los ultimos días he visto películas de diversa índole relacionadas a las carreras, como la comedia británica Run Fatboy Run” o el clásico de 196w “The Lonelinees of the Long Distance Runner”.
Y es que la empresa no es sencilla, además de la determinación, el coraje y la disciplina que se requiere para completar la competencia, a menudo, los corredores echamos mano de cualquier motivación que nos ayude a completar las metas personales.
Ya contaré por aquí como van los entrenamientos.
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Tú me has inspirado muchas veces
Te quiero
Un beso
Un abrazo enorme