Llevo cerca de 4 meses colaborando en revistas musicales.
No fue fácil encontrar espacios donde publicar, fueron muchísimos los mails que envié sin recibir respuesta, pero han podido mas mis ganas por hacer las cosas que la negligencia de algunos editores.
Ahora que algunas revistas comienzan a darme espacio me he enfrentado al reto de elegir las 4000 palabras correctas. Las que evitan los "lugares comunes y las figuras poéticas", y favorecen los “argumentos concretos y contundentes”.
El proceso ha sido completamente autodidacta. En mas de una ocasión me he dado de topes por un texto que envié y no me llenó por completo. Pero también he encontrado momentos de inspiración en que he recuperado algunas de esas cosas que te hacen sentir vivo, y que parecen desvanecerse conforme te acercas a los 30, -léase, conforme comienzas a hacerte viejo- .
Escribir es una actividad liberadora, es crear algo en donde solo existía un limbo blanco. Es moldear una figura con palabras, embellecerla con adjetivos y darle vida con argumentos orgánicos.
Para llegar a crear hay que luchar; primero contra la redacción y la síntesis, y luego contra el fuego amigo del editor. Publicar un texto de manera integra puede ser un glorioso triunfo o una contundente derrota si te das cuenta de que repetiste la palabra “banda” cuatro veces en dos parrafos.
Para el maestro Juan Villoro “Solo hay una cosa mejor que escribir un texto: "Re-escribir un texto”. Tal vez por esa razón los blogs sean tan populares, los blogs tienen la virtud de reconstruirse en tiempo real.
En el caso de la letra impresa uno solo es dueño de sus propias decisiones y de sus propios errores.
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felicidades...