"Mi héroe es una niña"
Primero póngase en contexto. La prueba es la final Panamericana de los relevos 4 x 400. Los equipos nacionales esperan el disparo de salida, México corre por el carríl número 6 mientras una intermitente lluvia cae a lo largo de la pista olímpica
La carrera inicia y de inmediato las cubanas y las norteamericanas toman la delantera, detrás de ellas, el equipo mexicano mantiene el tercer lugar durante los dos primeros relevos. Pero al arrancar la tercer corredora algo anda mal, la chica mexicana luce un vendaje a lo largo del muslo derecho, (que por cierto ¡que muslos!) que la hace perder posiciones en un momento crucial de la competencia, el momento de dejar a Ana en buena posición para hacer lo mejor que sabe.
La penúltima chica alcanza los ultimos 100 metros jadeando y haciendo un esfuerzo enorme, pero aún así pierde tres posiciones. Ana comienza a saltar desesperada esperando el relevo, los equipos de Cuba y Estados Unidos ya han entregado la estafeta, la dinamita en sus piernas está a punto de estallar pero la estafeta aún no le llega.
Finalmente, Ana recibe el relevo colocada en el sexto puesto y con más de 100 metros de desventaja con relación a la competidora mas cercana. Para cualquier otro equipo esto hubiera sido suficiente para perder cualquier esperanza, pero no para México, nosotros tenemos a la campeona panamericana de los 400 metros.
Ana sale como bala rumbo a la primera curva, en la explosión inicial ha remontado ya 2 posiciones, pero aún se ve muy lejos que pueda pelear por la medalla de bronce.
Todo mundo sabe que lo mejor viene en los ultimos 200 metros, y para la segunda curva ya se coloca en la retaguardia de las tres punteras y comienza a explotar rumbo a los ultimos 100 metros, a partir de ahí el sprint es impresionante.
Ana avanza mucho mas rápido que las demás y con lo último que le queda en los pulmones rebasa practicamente volando al tercer lugar con impulso suficiente para arrebatarle a Estados Unidos el segundo lugar un par de metros antes de cruzar la meta. Las mexicanas corren a abrazarla, y no es para menos, Ana Guevara recuperó una carrera perdida y practicamente subió al equipo mexicano al podio ella sola.
A pesar de hazañas como esta, Ana Guevara no pasará a la historia por méritos estrictamente deportivos. Todavía cala en la conciencia de algunos puritanos mediaticos la ocasión en que declaró: "Mi campeonato en la Golden League y la medalla de plata en Atenas 2004 no son resultado de ningun plan federativo de mi país, sino de mi esfuerzo individual."
La verdad es que para soltar ese tipo de declaraciones se necesitan un par de huevos grandotototes y una auto confianza fuertototota para aguantar, ya no digamos los periodicazos, sino los bombazos mediaticos de mala leche de gentuza como la de Televisa, que después de caerse la renogociación de su exclusividad sugirió un posible dopaje de la velocista, además de afirmar que Ana jamás recuperó el nível que llegó a tener luego de la lesión que la dejó fuera durante 4 meses.
Las tres mentadas de madre que Ana le dedicó a Televisa al coronarse campeona de los 400 metros solo fue una dedicatoria para quienes se encargaron de ensuciar su imagen. Fiel a su estilo, Ana se ahorró las palabras y habló con su mejor argumento: los triunfos.
El asunto por si solo merecería una medalla de Oro al auto respeto y la dignidad, sobretodo en un país donde todo se lee entre líneas. Si no lo cree, ya lo quiero ver soltandole la neta a su vecina de que su bebé de tres meses esta bien pinche feo, tiene ojos de sapo y babea como vaca asoleada.
Ana no solo ha tenido tamaños para decir verdades, también ha sido una triunfadora en cuestiones de mercadotecnia. Entre otras cosas, ha comercializado su imagen con marcas deportivas como Nike, Instituciones bancarias como Banamex o con los señores de Powerade, a quienes debe estarseles tostando un chile en el rabo por haber cancelado su patrocinio en favor de la Selección Nacional de Futbol, a quienes -dicho sea de paso- hay que reconocerles que nunca nos han fallado... en eso de perder.
Ana es el vivo ejemplo de que a las mujeres no solo hay que quererlas, respetarlas y hasta tenerles miedo. No señores, viejononones como la Guevara son una buena razón para quitarnos de complejos y poner en el cuarto de nuestras sobrinas un poster de Ana Guevara o Iridia Salazar como modelos a seguir. ¡Que princesas Disney ni que la Chingada!
Labels: Interiorismos
Y uno creyendo que algún día la selección hará algo..
Me gustó mucho mucho tu post, da qué pensar.