"El Equipaje de las canciones"
Cuando un artista crea música, esta contando una historia que se narra con sonidos.
Las canciones nacen libres de prejuicios y expectativas que nosotros, los oyentes, nos encargamos de poner sobre sus espaldas sistemáticamente. Al paso de los años, las canciones se van cargando de un innecesario equipaje de lugares comunes que les impide crecer gracias al hartazgo que nosotros mismos nos encargamos de procurarles.
Algunas personas no entienden que una canción es simplemente una canción. Ni es "la rola que les ayudó a que Paty les diera el si", ni el motivo por el cuál se hicieron el “tatuaje de la Calaca" ni mucho menos "la canción de su vals de XV años". Ponemos tanto sentimentalismo dentro de back pack de las canciones, que al final su equipaje haría palidecer al Pípila.
Una canción es una posesión intangible, de la que ni siquiera su autor puede sentirse completamente dueño. Pero la pertenencia es una droga macisa: pone, y pone cabrón.
Decir: "Están tocando MI canción" o "no te metas con Mi banda" es un lugar común que se asume con la convicción de sentirse accionista de Oasis o Interpol solo porque se saben que marca de leche tomaban de chavitos. Desde esta perspectiva, un fan from hell de U2 es el equivalente musical a un hincha de la porra Américanista, así de facil, así de feo y así de pendejo.
Por favor no mame, es muy diferente decir "ese es Mi disco" a "ese disco es de los mios" . Le aseguro que por más que memorice libros biograficos para impresionar a sus cuates, nunca va a encontrar que en el "Wish you were here" de Pink Floyd aparecen sus iniciales en los créditos.
Lo que si es posible, es darse cuenta que ciertos álbums conectan perfectamente con sus emociones. A final de cuentas, las canciones están hechas de anécdotas y sentimientos comunes a todos los seres humanos, por lo que es común encontrar placas que lo hagan correr con sus amigos y decirles: "me acaba de pasar algo chingón" en lugar de "acabo de escuchar algo chingón ".
Las canciones verdaderamente grandes son las que envejecen bien, las que se vuelven más macisas con cada arruga que les sale y que se sacuden los atachments sentimentales y la etiqueta de "es la canción de los celulares ¿no?” con uno de sus riffs clásicos.
Si no me cree haga la prueba y dígame sino los tres primeros acordes de "Highway to Hell" de AC/DC no hacen que se levante de su sillón a treparle dos rayitas al stereo cuando de las bocinas sale este ruido: ¡Tararán - Tararán - Tararán Tararán Tan Ta rán!
Ya lo dijo el buen Nick es sus mandamientos Horbynianos: "Desconfiarás de todo aquel que te diga que la canción de su vida es una de los Beatles, porque le recuerda su luna de miel en Acapulco".
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Wohooo, ácido ácido y certero. Pete, aunque le/nos duela, a los que nos apropiamos rolas como si se hubiesen creado específicamente para nuestra persona/propósitos, tienes la boca, como en otras ocasiones, llena de verdad. Dejemos que las rolas sean rolas, y nada más. Un abrazo pit, vibra
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