Oliver Sacks es un prestigiado neurologo británico famoso por hacer “despertado” a varios de sus pacientes tras décadas de permanecer en prolongados estados comatosos. Sacks ha editado varios libros en los que relata sus experiencias y las reacciones de la mente humana al restablecer contacto con una realidad alterada con respecto a la vida que tenían antes de sus padecimientos.
Según Sacks, la mayoría de los pacientes que superan un estado de coma o que sufren alguna lesión en los lobulos frontales o en los sístemas subcorticales del cerebro son incapaces de volver a experimentar lo que comunmente conocemos como “emociones”.
Los pacientes con esta afección post-traumática dejan de interesarse por su entorno, nada los conmueve, son incapaces de describir si son felices o infelices y tienden a perder la percepción entre lo bueno y lo malo.
En su último libro, “Musicofilia” (Anagrama 2009) Sacks señala la posibilidad de que la música clasica pueda tener efectos terapeuticos en personas incapacitadas para experimentar sentimientos. En una entrevista para el diario argentino El Clarín, el Dr. Sacks comentó que:“La música clásica produce estados de ánimo muy intensos, es capáz de producir emociones profundísimas”.
De entre todos los casos de estudio que retrata el libro , el Dr. Sacks recuerda uno que lo convenció de manera definitiva para escribir este libro: “El de Harry, cuyo cerebro resultó dañado tras un accidente de bicicleta que lo hizo entrar en un coma. Salió del mismo incapacitado para cualquier emoción, excepto cuando escuchaba música. Entonces su rostro se llenaba de gozo y lloraba de alegría. Con anterioridad había visto casos similares en autistas, a quienes la música despertaba emociones y les dotaba de la capacidad de moverse y articular palabras”.
El doctor Sacks recuerda que en su obra más conocida a la fecha "Despertares" (1973) proponía el efecto terapeutico de la música para pacientes diagnosticados con demencia o Alzhaimer ya que a través de las melodías de música clásica, presentaban cierta tendencia a romper su aislamiento y adquirir movilidad corporal al bailar en actividades colectivas que refuerzan el concepto de la música como celebración tribal.
Pero, ¿Esta propiedad sanadora es exclusiva de la música clásica? ¿Qué pasa con el rock y otros ritmos menos cultos? “Podría ser que también ayudara al enfermo, reconozco mi ignorancia al respecto. Lo que sí sé es que ello significaría un sacrificio de la melodía en beneficio del ritmo. Aunque provoca una respuesta muy primaria, el ritmo es exclusivo de los seres humanos, no ves a los chimpancés bailar. Dudo que posea la narratividad y el poder emocional de la melodía. Una canción pop es capaz de rompernos el corazón, pero desconozco si pueda sernos de alguna ayuda”.
Autodefinido como un autor atraido por Dickens y Sir Conan Arthur Doyle, “pues encuentro que las historias médicas tienen muchos vínculos con las historias detectivescas” el Dr. Sacks describe en este libro hipótesis personales sustentadas en casos de estudio reales y meramente científicos, pero con un estilo narrativo fluido, sencillo y emocional que hacen que el lector se lamente que el hombre unicamente se limite a escribir de temas médicos: “Sería incapaz de escribir una novela, ni he tenido nunca el menor interés. Ahora apenas leo ficción, me limito a las memorias y las biografías” concluye contundente Oliver Sacks.
Un adelanto editorial de "Musicofilia" puede consultarse en el sitio del diario español El País, así como en el suplemento cultural Laberinto de Milenio diario.
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